viernes, 6 de marzo de 2015

Es un orgullo tenerlas en nuestro país

Cimientos de oro

La conquista del Europeo, 15ª medalla absoluta del baloncesto español en el siglo XXI, refrenda el trabajo de base de la Federación y certifica el relevo generacional en la selección femenina

Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar, besan el trofeo de campeonas de Europa. / AS
“Trabajamos desde hace muchísimos años por tener presente y futuro”, cuenta José Luis Sáez, presidente de la Federación, resumiendo la esencia del éxito del baloncesto español mientras las chicas de la selección femenina celebraban, ya en Madrid, el título de campeonas de Europa. El oro conquistado por las jugadoras de Lucas Mondelo el pasado domingo en Orchies ante Francia, la anfitriona, era la 22ª medalla de la historia de la selección absoluta en grandes torneos (ocho en categoría femenina y 14 en la masculina) y la 15ª en lo que va de siglo XXI. Una secuencia excelsa que, en el caso de las nuevas campeonas europeas, refrenda además un trabajo intergeneracional.
La conquista fue la coronación de las dos capitanas que ponían punto final a su leyenda en la selección, Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar, y la licenciatura para una notable camada de promesas. El equipo reunió veteranas y noveles fusionando a la perfección caminos de ida y vuelta en dirección a la posteridad. “El relevo está garantizado. Esta generación tiene grandes mimbres. Son gente muy sana y muy comprometida con la selección. Han aprendido todo lo que tenían que aprender”, señala Aguilar. “Hay mucho nivel. Tienen gen de ganadoras. Se ha transmitido el carácter. Cuando llegan a la absoluta ya conocen la marca de la selección”, refrenda Valdemoro. Con la retirada de ambas, el grupo campeón presenta una media de edad de 25 años y el núcleo del equipo, como ha constatado el campeonato, lo integran, además de Sancho Lyttle (29 años), jugadoras como Alba Torrens (23), Marta Xargay (22) o Silvia Domínguez (26). “Las jugadoras que llegamos a la absoluta estamos acostumbradas a ganar. Mi primer oro lo logré cuando tenía 16 años”, cuenta Xargay. “Cuando tienes la oportunidad de competir a nivel europeo desde tan jóvenes creces muchísimo. En los clubes y en la Federación se está trabajando muy bien desde la base”, explica la escolta.


La selección española, durante la puesta en marcha del reloj que marcará la cuenta atrás para el Copa del Mundo de Baloncesto 2014 / JJ GUILLEN (EFE)
“El trabajo comienza desde niñas y acaba dando resultado”, analiza Sáez. “Tenemos campeonatos desde los 11 años en los que participan todas las selecciones autonómicas. Promocionamos ese trabajo y destinamos parte del presupuesto a ello. Vivimos de un proyecto, de una estructura. El deporte muchas veces demanda más estructuras que presupuesto”, resume el presidente. Los datos respaldan la apuesta. El baloncesto es el deporte con más licencias femeninas en España (142.923, casi el 20% del total) a gran distancia del golf (segundo deporte con 95.034) y con más del triple que el fútbol (39.023). Coincidiendo con los triunfos de la selección, se ha producido además un crecimiento del 38% (39.550 licencias más que en 2006) en los últimos siete años, periodo en el que las selecciones femeninas han logrado casi una treintena de medallas en todas sus categorías.

El baloncesto es el deporte con más licencias femeninas en España: 142.923
Antes de contabilizarse el último Eurobasket, España era la cuarta potencia europea y la sexta mundial en categoría absoluta en el ránking oficial de la FIBA. En categorías de formación, aun mejora la nota situando a la selección como segunda potencia mundial, solo por detrás de EE UU, y primera europea. Un talento que se cuida desde la base y que, fruto de la crisis, cada vez se exporta más. En la temporada 2012-13 hasta 23 jugadoras españolas han militado en equipos extranjeros, incluidos equipos de la NCAA.
“Trabajamos desde la línea que marca la dirección deportiva que lleva Ángel Palmi con la idea de que todos somos un equipo”, prosigue Sáez. “Hay que detectar en talento, mejorarlo y dotarlo de una estructura técnica estable”, repasa. Los programas de formación y tecnificación de la Federación incluyen operaciones altura desde los 12 a los 16 años, seguimiento específico de casi 250 jugadoras en colaboración con clubes y federaciones autonómicas, campus de trabajo individualizado para jugadoras becadas y el programa Siglo XXI, que se desarrolla desde hace 15 años para moldear talentos que entran en el método FEB desde su primer año cadete (16 años). “Se hace una detección de talentos muy precoz y comienzan a competir desde edades muy tempranas. A competir se aprende compitiendo y eso es una base crucial. La organización deportiva que marca la Federación hace que jueguen y crezcan juntas, mirándose en el espejo de las mayores”, cuenta el seleccionador, Lucas Mondelo. “Cuando llegan a la absoluta lo hacen con un gran sentimiento grupal, con sus roles aprendidos, con jugadores referentes en los equipos y con entrenadores que también estamos educados en ese método”. Un recorrido que constata que los podios del baloncesto español tienen unos cimientos de oro.

Una entrevista que te llenará de angustia

El baloncesto femenino en España cada año va a peor”

Manuel Viejo Torrejón de Ardoz 21 FEB 2014 - 23:48 CET1

Marta Xargay, jugadora del Perfumerías Avenida durante el entrenamiento de este viernes. / Alvaro García
Este sábado, antes del calentamiento de la primera semifinal de la Copa de la Reina de baloncesto frente a Gran Canaria, Marta Xargay (Gerona, 1990) lo volvió a hacer. Porque son manías. Pisó el parqué con las zapatillas desabrochadas. Luego, se dirigió al banquillo y se ajustó los cordones. Después, cogió el balón y encestó la primera canasta por el lado izquierdo del tablero. Un pequeño ritual que hace con la camiseta azul del Perfumerías Avenida Salamanca desde 2010, cuando llegó con 18 años y, tras conquistar, entre otros títulos, una Euroliga (2011), una Copa en 2012 y dos Ligas (2012 y 2013). En la otra semifinal (17.00, FEBtv), Rivas Ecópolis se mide al Beroil Ciudad de Burgos.
Pregunta. Y a los 23 años, capitana…
Respuesta. Es un reto enorme y da mucho respeto. Además, en mi caso, lo soy sin experiencia, pero las compañeras y el club me lo han puesto muy fácil.
P. ¿Cree que ha madurado demasiado rápido?
R. Hay situaciones en la vida que te hacen madurar más deprisa. Al irte de casa con 18 años tienes que curtirte antes. Te encuentras sola en una ciudad que no conoces y con gente que no has visto apenas. Tuve la suerte de hacerme muy amiga de Isa Sánchez, que estuvo a mi lado. Pero siempre hay momentos de soledad y, sobre todo, con 18 años que te hacen madurar.
P. ¿Qué le aporta el baloncesto?
R. Te abre mucho la mente. Convives con gente de diferentes religiones, culturas... y creces como persona. Te hace valorar las cosas que tienes. Ves que hay personas que durante toda su vida están luchando y yo desde los 18 tengo de todo y no me puedo quejar de nada.
P. ¿Merece la pena vivir de esto?
R. Sí, porque me lo paso bien. Si no fuera así, me hubiera dedicado a otra cosa. No me canso de decir que tengo la suerte de vivir del baloncesto.
A lo femenino le cuesta darse a conocer. Es cierto que los tiempos están cambiando pero los chicos siempre dan más que las chicas, económicamente y mediáticamente.
P. ¿Cuándo se descubre que es importante en un equipo?
R. A mí me ha costado bastante. Me lo decían desde fuera pero no me lo acababa de creer. Pero cuando ves que la gente se interesa por ti, por lo que haces, por cómo te van las cosas y se preocupan, te das cuenta que estás jugando un papel destacado.
P. ¿Cómo ve el baloncesto femenino en España?
R. Cada año va a peor. Hace muchos años había presupuestos muy grandes pero cuando el Ros Casares desapareció en 2012, aparte de perjudicarles a ellos, nos perjudicó a todos. Y desde ahí todo ha ido hacía abajo.
P. ¿Y en las categorías inferiores?
R. Es bueno que haya gente que apueste por esto, como la directiva del Avenida. El problema es que la situación actual no solo está afectando a los equipos grandes sino también a los pequeños. Lo importante es que las generaciones que vienen no pierdan la ilusión y sobre todo la esperanza.
Sería un fracaso no ganar la Copa porque llegamos en un buen momento

P. ¿Por qué no se puede comprar una camiseta suya de la selección en las tiendas y, en cambio, sí la de Gasol o la de Navarro?
R. Porque a lo femenino le cuesta darse a conocer. Es cierto que los tiempos están cambiando pero los chicos siempre dan más que las chicas, económicamente y mediáticamente. Pero de unos años acá las cosas están cambiando a mejor. La Federación y Teledeporte, que nos emite un partido a la semana, están apostando por el baloncesto femenino.
P. Hay jugadoras de la selección como Alba Torrens o Sancho Lyttle que están en Turquía, otras como Amaya Valdemoro probaron suerte en Rusia, ¿qué le cuentan en las convivencias, se vive mejor?
R. Es diferente. Si al irme de casa con 18 me sentía sola imagine fuera de España. Alba está muy contenta en Turquía, pero dicen que en Rusia es más difícil por el clima y por la gente que es más cerrada pero todas están encantadas.
P. Y a nivel económico están mucho mejor…
R. Allí siempre han apostado por el baloncesto. Ahora hay mucha diferencia a nivel económico. Por eso, entre otras razones, muchas se van para allá.
P. ¿Sería un fracaso no ganar la Copa?
R. Sí, porque llegamos en un buen momento. Pero si se pierde, también tenemos que analizar de qué manera se pierde.

Las chicas de rojo se suman otra victoria

Viaje a la eternidad

España disputará por primera vez en su historia la final del Mundial tras derrotar a la anfitriona Turquía (66-56) con una exhibición de talento y carácter

  • "Nuestra fuerza mental nos ha llevado a la final"
  • El ecosistema ideal, por ELISA AGUILAR
  • Toda la información sobre el MUNDIAL FEMENINO

Madrid 4 OCT 2014 - 20:42 CEST47

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Torrens entra a canasta ante Yilmaz. / OZAN KOSE (AFP)


España completó ante Turquía su viaje a la eternidad. En territorio hostil, a contracorriente y a contra natura, las campeonas de Europa derrotaron a las anfitrionas con otra exhibición de talento y carácter, y jugarán este domingo la final del Mundial por primera vez en su historia (20.15, La1). El año pasado en Orchies silenciaron La Marsellesa para lograr el oro continental y anoche apagaron la caldera del Fenerbahçe Arena para ganarse el sueño de alcanzar una cima planetaria. Alba Torrens, con 28 puntos, seis rebotes y tres asistencias; y Sancho Lyttle, con 18 puntos y 12 rebotes, lideraron en esta ocasión una rebelión colectiva que, desde la prudencia y la abnegación, ha encumbrado a un equipo conmovedor.
A estas alturas, España no se arruga en territorio comanche. Con ocho emigrantes en sus filas, además del seleccionador, las jugadoras presumen de personalidad y recursos para no ceder un palmo de terreno en la pelea. Lo demostraron precisamente dos jugadoras del Galatasaray turco el curso pasado: Alba Torrens y Sancho Lyttle, artífices de un triunfo legendario. El partido comenzó con un 0-5 a favor de Turquía, pero acto seguido las de Mondelo respondieron con un 9-0 que las otorgó la iniciativa y selló su pasaporte de madurez. El primer cuarto concluyó con un 19-20 que anunció el equilibrio de fuerzas y abrió las puertas del laberinto.
Era un duelo claustrofóbico, táctico y áspero. Estaba en juego la final del Mundial y la responsabilidad espesó los ataques y endureció las defensas. Turquía cerraba con fiereza el rebote y atajaba sin remilgos el contraataque rival. España atosigaba en la presión y afinaba desde el perímetro con una metódica selección de tiro. Comenzó entonces el baile en la pintura, que cargó de faltas a las escuderas –dos para Yilmaz y otras tantas para Nicholls- y encumbró a los dos pilares de cada equipo. Lara Sanders y Sancho Lyttle comenzaron a abrillantar su hoja de servicios acaparando los argumentos ofensivos y las flechas de ambas pizarras. Pero costaba un mundo abrirse paso en la espesura e iluminar el aro.